27.4.07

bukowski

factotum (frag.)


Volví a meterme. Ella apartó las sábanas y me agarró las pelotas. Luego me agarró el
pene.
—¡Oh, qué mono es!
Yo pensaba: ¿cuándo cojones podré salir de aquí?
—¿Te puedo preguntar una cosa?
—Venga.
—¿Te importa si lo beso?
—No.
Oía y sentía sus besos, luego noté pequeños lametones. Luego me olvidé de todo lo que
se refiriese al almacén de bicicletas. Luego la oí romper un periódico. Sentí algo ajustándose a
la punta de mi polla.
—Mira —me dijo.
Me senté. Jan había construido un pequeño sombrerito de papel y me lo había colocado
en la punta de la polla. Alrededor del glande había enlazado una pequeña cinta amarilla. La
cosa se mantenía graciosamente erguida.
—¡Ay!, ¿a que está muy guapo? —me preguntó.
—¿El? Eso soy yo.
—Oh, no, no eres tú, es él, tú no tienes nada que ver con él.
—¿Que no?
—No. ¿Te importa que lo bese otra vez?
—Está bien, está bien, adelante.
Jan quitó el sombrerito y sosteniéndolo con una mano empezó a besar allí donde había
estado puesto. Sus ojos me miraban profundamente. El glande entró en su boca. Me caí de
espaldas, condenado para siempre.

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