Siempre
Solos yo y la cafetera,
y el reloj, que apagué a las seis,
y te dejé dormir.
Me molesta el eco de tus reproches
y me voy,
el maletín y las corbatas,
y salgo a yugar,
y a calmarme un rato de estas cosas
y a olvidar, y a no olvidar...
Si ha sido el gas, o la canilla,
o alguna hornalla o un papel
que me detuvo al caminar.
Llego a la esquina y no sé qué es,
hago una lista en la cabeza:
los bolsillos y el pañuelo,
y está todo y algo falla.
Paro en la puerta y ya sé...
siempre dar... dos vueltas más de llave.
Siempre, siempre, siempre,
dar, dos vueltas más.
Salgo por la misma fila de baldosas
y cuento hasta diez,
y vuelvo a sentir
que algo falta.
Entonces vuelvo a revisar en la cocina
o en el cuarto y te veo dormir.
Y creo que se me olvidaba un beso
un beso igual, a los de siempre.
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